El 2 de Mayo en Madrid - Conocer Madrid
17732
post-template-default,single,single-post,postid-17732,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-10.1.2,wpb-js-composer js-comp-ver-4.11.2,vc_responsive

El 2 de Mayo en Madrid

Tal día como hoy, hace 212 años, el pueblo de Madrid se levantó contra la ocupación francesa. La valentía de los madrileños no caerá en saco roto y su ejemplo será seguido en otros lugares de España para iniciar lo que se conocerá como la Guerra de la Independencia española contra la ocupación francesa. Es la heroicidad de los madrileños lo que desde entonces venimos celebrando todos los dos de mayo, fiesta de la Comunidad de Madrid pero en parte de todos los madrileños.

Es mi intención narrar brevemente los hechos y al mismo tiempo recorrer con vosotros aquellos espacios de Madrid que fueron escenario de los momentos mas importantes de esa heroica jornada que, como ya sabéis, concluirá en la madrugada del 2 al 3 con la sanguinaria represión llevada a cabo por Murat y que no fue sino la espita de la rebelión de toda España.

Hagamos un poco de historia para situarnos en los prolegómenos que marcarán este día. El 27 de octubre de 1807 se firmaba el Tratado de Fontainebleau por el cual España permitía el paso de las tropas francesas por la península en su intención de invadir Portugal, aliada de Inglaterra. En cierto modo Napoleón Bonaparte ya era consciente de la delicada situación de la monarquía española, debida al pulso entre el Príncipe de Asturias y su padre Carlos IV. El emperador aprovechó, en gran medida, su papel de juez y árbitro para finalmente quedarse con el reino. Así, el 19 de marzo se produce el Motín de Aranjuez por el que Manuel Godoy es defenestrado y supone la llegada al poder de Fernando VII, tras la abdicación de Carlos IV, apoyado en el general Murat que, el 23 del mismo entraba con sus tropas en Madrid. Se las prometía muy felices el futuro Rey Felón pero, tanto él como su padre, serán reclamados por Napoleón para que vayan a reunirse con él en Bayona. Allí, en un alarde claro de cobardía, en parte impuesta, ambos firmarán las abdicaciones que otorgarán el trono de España a José Bonaparte, hermano del emperador y en ese momento rey de Nápoles.

Tomás López de Enguídanos. La Proclamación de Fernando VII

En Madrid, mientras tanto, Murat tomará el poder efectivo de la ciudad, dejando en mera comparsa la Junta de Gobierno nombrada por Fernando VII. El 27 de abril el general francés ordena el traslado a Bayona de los dos hijos menores de Carlos IV que habían quedado en Madrid: la reina de Etruria María Luisa de Borbón y el infante Francisco de Paula. La Junta en un principio de se negó si bien el 1 de mayo llego una carta de Fernando VII en la que se ordenaba cumplir el traslado por lo que este se organizó el 2 de mayo.

T. L. Enguídanos. El Palacio real.

A primera hora de la mañana del 2 la gente de Madrid, conocedora del hecho, comenzó a amontonarse delante del Palacio Real. En un momento dado el cerrajero José Blas Molina, fernandino acérrimo que ya había participado en el Motín de Aranjuez, profirió el grito ¡Que nos lo llevan! lo que llevó al gentío a asaltar las puertas del palacio y atacar a las tropas francesas. En ese momento el infante se asomó lo que provocó una mayor revuelo y el gentío se enfrentó a un batallón francés pues pensaban que lo iban a sacar a la fuerza. Los franceses lograron repeler el ataque causando muchas bajas entre los madrileños allí presentes. La revuelta había comenzado.

En muy poco tiempo los acontecimientos se desencadenaron sin pausa. Los madrileños, ansiosos de deshacerse de los franceses llevarán la lucha a las calles de la ciudad. Así lo narra el gran Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales (El 19 de marzo y 2 de mayo):

En el Pretil de los Consejos, por San Justo y por la plazuela de la Villa, la irrupción de gente armada viniendo de los barrios bajos era considerable; mas por donde vi aparecer después mayor número de hombres y mujeres, y hasta enjambres de chicos y algunos viejos fue por la plaza Mayor y los portales llamados de Bringas. Hacia la esquina de la calle de Milaneses, frente a la Cava de San Miguel, presencié el primer choque del pueblo con los invasores, porque habiendo aparecido como una veintena de franceses que acudían a incorporarse a sus regimientos, fueron atacados de improviso por una cuadrilla de mujeres ayudadas por media docena de hombres.

Así, los madrileños se echaron a la calle armados con lo que tenían. El plan era sencillo, tomar las puertas de Madrid para evitar la llegada de más tropas francesas. Pero no era tan sencillo y Murat reaccionó rápidamente y con unos soldados adiestrados y bien armados pudo hacer frente a la situación. Así, los primeros combates se produjeron en la calle Mayor, aledaños de la Plaza Mayor y especialmente en la Puerta del Sol donde, para sorpresa de los franceses la resistencia de los ciudadanos fue grande y esforzada lo que supuso una represión aún más atroz.

Poco conocida es la primera defensa que los madrileños harán en la Puerta de Toledo. Allí intentarán evitar la entrada de los coraceros que estaban acantonados en los Caramancheles y que habían sido llamados por Murat que comprendía que sin ellos sería difícil controlar Madrid. Debemos recordar que la Puerta de Toledo a las que nos referimos estaba más o menos a la altura de la calle Capitán Salazar Martínez. Allí lograron los madrileños detener la primera carga de los coraceros e infringir numerosas bajas a los franceses. No fueron capaces de hacerlo en la segunda y tendrán que retirarse para hacerlos frente una última vez en la Fuentecilla donde se producirá una nueva masacre que sin embargo no evitará la entrada de los casi mil coraceros en Madrid.

Como curiosidad, la actual puerta de Toledo fue mandada erigir por José Bonaparte, si bien no será terminada hasta el reinado de Fernando VII que la convertirá en una loa al rey por el que tantos madrileños murieron.

Al mismo tiempo se producen los más famosos combates en la la Puerta del Sol. En este lugar los madrileños lograron hacer frente de una manera heroica a los franceses hasta que, finalmente, se produjo la carga de los mamelucos y lanceros que lograron dispersar a los sublevados, no sin antes haber logrado matar a muchos franceses. Tras dominar la situación los soldados franceses se tomaron una sangrienta venganza al asesinar a numerosos civiles que se habían refugiado en el templo del Buen Suceso.

T. L. E. La Puerta de El Sol.

En la Puerta del Sol aún queda en pie la Casa de Correos, actual Presidencia de la Comunidad de Madrid, que fue testigo de los sucesos y lugar donde, en 1908, para recordar el heroísmo de Madrid, se colocó una placa conmemorativa:

Placa conmemorativa en la Presidencia de la Comunidad.

En esta lucha contra el francés poco hicieron las tropas españolas que estaban acuarteladas en el Cuartel de Conde Duque. Allí fue el capitán Daoiz a reclamar su colaboración al entonces Capitán General Francisco Javier Negrete que, cumpliendo órdenes del Gobernador Militar Fernando de la Vera, se negó.

Ante esta negativa el capitán Luis Daoiz, acompañado por Pedro Velarde, se hará fuerte en el Parque de Artillería de Montelón (la actual Plaza del Dos de Mayo) con cerca de 100 soldados y unos 120 madrileños que se habían unido a la lucha.

T. L. E. El Parque de Monteleón

Esta fue heróica, realmente, pues si bien el combate duró sólo cerca de tres horas, en ella los españoles lograron repeler a fuerzas 10 veces superiores. Así, el general Joseph Lagrange que dirigía el ataque, llegó a reunir a cerca de 2000 infantes. Conocemos bien el desenlace de la lucha pues a causa de ella morirán Velarde, en la lucha, Daoiz, en su casa a causa de las heridas recibidas o el Teniente Ruiz, en Trujillo, meses después por las heridas recibidas. Pero junto a ellos están los nombres de otros héroes madrileños como Benita Pastrana o Clara del Rey. Curiosamente, la más conocida Manuela Malasaña, es muy posible que no muriese en el combate sino que fuese asesinada posteriormente en las represalias francesas.

El cuartel fue demolido y tras convertirse en fundición finalmente se transformó en la plaza que lleva el nombre de tan glorioso día. Afortunadamente aún se conserva la puerta de entrada del antiguo Cuartel de Artillería y bajo ella el bello monumento de Antonio Solá de 1820 dedicado a los héroes Daoiz y Velarde que, como hicieran Harmodio y Arosgitón lucharon contra el tirano, en este caso, francés.

Plaza del 2 de mayo

No le bastó a Murat con controlar la revuelta, decidió, además, llevar a cabo un escarmiento y castigo brutal contra los madrileños que habían osado levantarse en armas contra él. Así, ese mismo día, promulgó un decreto especialmente cruel, con la clara intención de realizar una represión total contra los ciudadanos de Madrid que además sirviese de aviso al resto de España:

Orden del general Murat:

Soldados: mal aconsejado el populacho de Madrid, se ha levantado y ha cometido asesinatos. […] La sangre francesa vertida clama venganza. Por lo tanto, mando lo siguiente: […]

Art. 2. Serán arcabuceados todos cuantos durante la rebelión han sido presos con armas.

Art. 3. Todos los moradores de la corte, que anden con armas, o las conserven en su casa sin licencia especial, serán arcabuceados. […] Dado en nuestro cuartel general de Madrid, a 2 mayo de 1808.

Gaceta de Madrid, 6 de mayo de 1808.

Las consecuencias no se hicieron esperar. Así, ese mismo día, los franceses fusilaron a 42 personas en el Salón del Prado, más o menos en el mismo lugar donde hoy estaría la Plaza de la Lealtad. No se contentaron con fusilar a los madrileños sino que además los fueron desnudando y amontonando de forma despiadada. Entre ellos había mujeres y sacerdotes que habían, de algún modo, colaborado en la revuelta.

T. L. E. El Paseo del Prado
Anónimo. Fusilamiento en el Paseo del Prado.

Para recordar este hecho se erigió, ya en el siglo XIX la Plaza de la Lealtad con el monumento a los Héroes del dos de Mayo diseñado por Isidro González Velázquez y que no fue concluido (curiosidades del reinado del rey Felón) hasta después de su muerte en 1840. A él se trasladaron las cenizas de Daoiz y Velarde que en un principio estuvieron enterrados en el convento de San Martín.

El monumento cambió de nombre y hoy se le conoce como Monumento a los Caídos por España.

Monumento a los Caídos por España

Otro de los lugares que queda en nuestro recuerdo, gracias especialmente al cuadro de Goya, es el de la Montaña de Príncipe Pío (en el actual Templo de Debod), donde, ya en la madrugada del 3 de mayo serán fusiladas 43 personas. Podían haber sido 44 pero Juan Suarez logró escapar y gracias a él se conocieron los hechos. Conocemos en gran parte el nombre de estas, incluida la del sacristán del Convento de la Encarnación Francisco Gallego Dávila, que tan bien representa Goya en gesto de oración antes de ser fusilado. Los cuerpos recibirán cristiana sepultura en el Cementerio de la Florida que servía de camposanto a los sirvientes de Palacio. Allí, en dos cajones de plomo, se conservan los restos de los fusilados. En la actualidad el cementerio está regido por la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos que desde 1927 conserva el Cementerio y el recuerdo de los héroes del 2 de mayo. En 1982 el cementerio, gracias a la ayuda del Ayuntamiento fue restaurado y se colocó un mosaico de azulejos con el cuadro De Goya.

Para terminar nuestro recorrido sólo nos queda recordar el más desconocido monumento a los héroes del dos de mayo que se encuentra en el poco conocido Jardín de Fanjul, al inicio de la calle Ferraz, delante de la Parroquia de Santa Teresa y San José. Esta bella escultura de Aniceto Marinas fue colocada aquí el 2 de mayo de 1908, para conmemorar el centenario del levantamiento de la ciudad de Madrid contra los Franceses y así queda reflejado en su dedicatoria «Al Pueblo del dos mayo de 1808».

Aniceto Marinas. Monumento al pueblo de Madrid.

Efectivamente, fue el pueblo de Madrid el que despertó al resto de España en la lucha contra los franceses. Murat creía que había controlado la sublevación con su dura represión pero nada más lejos de la realidad. Al contrario, esta fue el detonante del levantamiento del resto del reino. Ese mismo 2 de mayo, al llegar las noticias a la villa de Móstoles de la sublevación y el posterior duro castigo, el secretario del Almirantazgo y Fiscal Supremo del Supremo Consejo de Guerra, Juan Pérez Villamil que se encontraba allí hizo firmar a los corregidores Andrés Torrejón y Simón Hernández un bando en el que se llamaba a todos los españoles a levantarse en armas contra los franceses. Los primeros en responder fueron los alcaldes de Talavera de la Reina y Trujillo. Asimismo, se creará la Junta Suprema Central que sólo reconocerá la autoridad de Fernando VII. La mecha ya estaba encendida, sólo quedaba sufrir y luchar para expulsar al invasor francés……..

¡¡Honor, Loor y Gloria a los Héroes. Escarnio y olvido a los cobardes!!

3 Comments
  • Ana María S.
    Posted at 12:42h, 02 mayo Responder

    Muchas gracias. Una excelente lección de historia y de amor a Madrid

  • Aline
    Posted at 20:05h, 04 mayo Responder

    Gracias Andres ha quedado muy claro que las tropas napoleonicas fueron salvages…..

  • Pilar Fernández-Miranda
    Posted at 08:32h, 06 mayo Responder

    Fantástico recordatorio de nuestra historia. De vez en cuando conviene repasarla para no olvidarla. ¡Esto sí que es «Memoria histórica»! Muchas gracias Andrés

Post A Comment